El denim, de las minas al cine

El denim vaquero, desde la minería a la categoría de ícono En la actualidad, el denim vaquero es una de las prendas más vendidas de todos los tiempos. A pesar de que en sus orígenes se usaba como ropa de trabajo y no se consideraba elegante, ha vestido a algunos de los actores más grandes de Hollywood.

Las cifras son impresionantes: se compran 1,24 billones de pantalones vaqueros al año, se producen 2,7 billones de metros de tela vaquera y se realizan ventas globales por valor de 57 mil millones de dólares (suponiendo un precio medio de 45,32 dólares). El negocio del denim vaquero es uno de los más lucrativos que existen, como demuestran las cifras de la agencia Statistic Brain.

La popularidad de este denim se debe a diversos factores. En primer lugar, una mentira, después la publicidad, la creatividad de Levi Strauss y, por supuesto, el cine.

La publicidad nos ha hecho creer que el denim vaquero es lo que llevaban los vaqueros americanos, hombres fuertes y aventureros montados en sus caballos en algún lugar de Texas. Nada más lejos de la realidad. El denim vaquero se originó en Génova (Italia) y en Nimes (Francia), y se cree que la palabra "jeans" proviene de Gênes (Génova en francés), mientras que "denim" viene de la tela conocida como sarga de Nimes.

La idea de fabricar pantalones de denim vaquero surgió cuando Jacob Davis, un minero y cliente habitual de la tienda que Levi Strauss abrió en San Francisco, le comentó que sus pantalones no eran prácticos en la mina y que los bolsillos se descosían con facilidad. Levi Strauss -que fabricaba lona para tiendas de campaña y toldos de carretera- investigó y se dio cuenta de que los buscadores de oro consumían muchos pantalones por su escasa resistencia. Así que decidió utilizar retales de esas lonas para confeccionar unos pantalones resistentes y tan rígidos que se quedaban de pie en el suelo. Así fue como se convirtió en el sastre de los mineros.

Sin embargo, el gran éxito del denim vaquero llegó en la década de 1930 con el auge del cine western. Los atractivos vaqueros de la pantalla siempre iban vestidos con pantalones de Levi y así surgió el mito: los vaqueros americanos habían inventado los jeans para sus atractivos cowboys. La marca Levi's se aprovechó de esta coyuntura y lanzó una campaña publicitaria en la que cowboys vestidos con vaqueros besaban a sus novias. Los hombres y las mujeres adoraron la prenda por igual, y en 1934, Levi's lanzó el primer pantalón vaquero exclusivo para mujer bajo el nombre "Lady Levi's®" con el número 701 para diferenciarlo del 501 para hombres.

Desde entonces, el denim vaquero ha estado presente en todos los elementos aspiracionales de la sociedad. A los niños les gustaba porque los llevaba Lucky Luke y Popeye, existía quien no cambió de canal para observarlos en los anuncios de Marlboro y CocaCola Light, y para los fanáticos del cine, siempre han estado presentes, sin excepción. Y para demostrarlo, estos momentos emblemáticos del cine que no habrían sido lo mismo sin unos pantalones denim.

La prenda de los ídolos

Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes (1961).

Kate Moss capturada por Herb Ritts para la campaña de Calvin Klein en 1992.

Cindy Crawford en la campaña publicitaria de una conocida bebida carbonatada para la Super Bowl 1991.

Jane Birkin en la película Don Juan 73 (1978).

Geena Davis y Susan Sarandon en Thelma & Louise (1991).

Patrick Swayze y Jennifer Grey en Dirty Dancing (1987).

Julia Roberts y Laura San Giacomo (con su inseparable chaqueta denim) en Mujer bonita (1990).

Jaclyn Smith, Farrah Fawcett y Kate Jackson en la serie de televisión Los ángeles de Charlie (1976).

Marilyn Monroe en Los inadaptados (1961).

Sean Penn y Madonna en 1987.

Los más codiciados por los diseñadores

No hay pasarela en la que no se presente, incluso hemos observado colecciones completas con atuendos denim de pies a cabeza. La admiración de los diseñadores por esta prenda queda reflejada en las palabras que Yves Saint Laurent dijo poco antes de retirarse de la moda: "Poseen expresión, modestia, atractivo, simplicidad... Todo lo que espero de mis diseños", lamentándose por no haber sido él quien los inventó. En efecto, esta prenda simboliza todo lo que un diseñador podría desear: versatilidad y el poder de comunicar mucho con muy poco.

Así que, como se ha mencionado, no ha habido temporada en la que no se haya presentado en la pasarela. Balmain con atuendos completos, 3.1. Phillip Lim jugando con el patchwork y los estampados, Victoria Beckham y sus campanas, Stella McCartney y sus americanas... Incluso Chanel sucumbió, por ejemplo, al vestir a Cindy Crawford en 1994 con unos pantalones por los que hoy en día pelearíamos: unos jeans de talle alto, pata de elefante y botones dorados que Karl Lagerfeld sujetó con unos tirantes con el emblema de la casa. Y así hasta el día de hoy.

 

 

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